No hemos sido muy tempraneros… Buen desayuno, buscamos cambio de divisa, tarjetas locales para móviles, revisamos presiones, track, ajustamos equipaje y salimos rumbo al Sur.
El evolucionado Marruecos cambia a ritmo agigantado: tremendas autopistas que atraviesan de Norte a Sur todo el litoral, campos de cultivo cuyas tierras la voltean enormes tractores que no tienen escrúpulo en enterrar tradición y que convierten el territorio en fábricas agrícolas sin identidad, casi todas explotadas por empresas extranjeras, por supuesto.
El recorrido ha sido pesado; 623km de carretera, para bajar desde Tánger hasta Safi, pasando por Rabat y Casablana. Al caer la tarde, una hermosa puesta de sol nos ha acompañado hasta Safi, donde decidimos terminar la jornada. Mañana nos toca terreno del bueno (carreteras secundarias, playa y alguna pista).
Del día de hoy, destacar las primeras emociones que vives dentro del casco, cuando lo cierras y entras en tu propio mundo. Muchos recuerdos de viejos compañeros que se marcharon, de mis pequeños a los que echo mucho de menos. Dentro del casco tienes tiempo para hacer un exhaustivo balance de tu vida y en un flash, intentar analizar todo. A partir de aquí, durante el viaje, intentas encontrar soluciones que nunca hallaras, te diviertes, vas avanzando, sigues haciendo kilómetros, te emocionas, vives, observas, te diviertes y siempre, siempre, intentas que no termine.